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viernes, 24 de abril de 2009

Barcelona 4-Sevilla 0

Hay partidos en los que es mejor no salir de casa, noches en las que no se te da nada y el rival, que en este caso no es cualquier rival, da en el clavo en todo lo que intenta. El Barcelona fue en el Camp Nou una apisonadora que derrumbó al conjunto de Manolo de Jiménez desde muy pronto. Prácticamente antes de pisar el césped, los nervionenses ya perdían 1-0, una losa demasiado pesada que no pudieron levantar. Este Barça de Guardiola es superlativo y si tiene su noche el que está en frente tiene poco que hacer. Así de simple y así de duro para las aspiraciones hispalenses esta noche. La máxima intensidad que reclamaba Jiménez en la previa se difuminó con la presión total de los azulgranas y su certeza para llegar a puerta. El Sevilla batalló como pudo ante un conjunto intratable que no le dio opción.
Cuando se va al Camp Nou se sabe que puntuar es tarea complicada, aunque no misión imposible. Sin embargo, este Barça está hoy por hoy dos pasos por encima del resto. Las buenas intenciones de Manolo Jiménez, que apostó por un once muy novedoso, con Maresca y Romaric en el doble pivote, Capel y Navas a banda cambiada, y Koné y Luis Fabiano en punta, comenzaron a diluirse cuando el Barça, merced a una constante e intensa presión, se adelantó en el minuto tres con un toque sutil de Iniesta. Sin ser ni mucho menos definitivo, obviamente aquel gol dejó algo cariacontecidos a los hispalenses, que sin embargo se recompusieron y de hecho a punto estuvieron de lograr el empate cuando Navas no acertó a rematar totalmente solo un excelente servicio de Capel desde la diestra, obviando a Luis Fabiano, que estaba a su derecha totalmente solo. Ahí estuvo la mejor ocasión del Sevilla en todo el partido.
Parecía que los nervionenses iban a sumarse a la fiesta y mirar de tú al líder, pero con este Barça la falta de eficacia intoxica y mata. Cinco minutos más tarde de que Navas perdonara a Valdés, Eto'o batía a Javi Varas después de una gran jugada colectiva que evidenció que el Sevilla esta noche no estaba para dar mucha guerra. Lo mejor era llegar al descanso con ese marcador y esperar a que Jiménez pudiera lograr un punto de inflexión en la caseta. Javi Varas con varias intervenciones contribuyó a que el marcador no se moviera hasta el intermedio.

En la reanudación Jiménez sacó a Kanouté por Koné. Con el malí parecía que se podía animar la contienda, al menos las expectativas crecían. Sin embargo, el Barça volvió a ser cruel y ni siquiera dio cinco minutos para soñar. Una nueva contra fruto de la incansable presión de los de Guardiola acabó con otra jugada aderezada de buen gusto que finalizó Xavi con un remate a la escuadra de Varas. Definitivamente con ese tanto el Sevilla bajó los brazos y se limitó a evitar que el Barcelona hiciera más sangre, aunque no pudo evitar que Henry mojara e hiciera el cuarto. Lo mejor ocurrió cuando llegó el minuto 90, porque a partir de ese momento se puede pensar en el Real Madrid, un choque en el que se tiene que ganar a toda costa para que el equipo se dé un espaldarazo de moral y sumar una victoria más que necesaria. Es en estos momentos cuando la afición tiene que apretar más que nunca, porque el del domingo es un partido de más de tres puntos, bastante más

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