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sábado, 9 de mayo de 2009

Betis 2 - Sporting 0


Minuto seis. Juanito inicia el contragolpe. Pasa a Capi. Este a Mark González. Recibe Emana quien de, primeras toca para Oliveira. El brasileño le devuelve en pared con excelso estilo y el camerunés, de manera magistral, inverosímil, ¡sublime! empalma una soberbia volea que se cuela cual misil, lejos del alcance de Cuéllar. ¡Golazo! Imposible de parar. 1-0. Décimo gol de Emaná. Manuel Momparlet, director deportivo del Betis y Miguel Saavedra, su representante en España, deberán cumplir su promesa y regalarle sendos relojazos. Una promesa es una promesa.

El Sporting asimiló más o menos bien semejante mazazo haciendo lo que mejor sabe hace ¡al ataque! Pero apretó en defensa más y mejor que en otras ocasiones, consciente de que, si proponía un correcalles, saldría tarifando con el póker de Ases que Nogués puso sobre la cancha. Edu, Mark González, Emaná y Oliveira.

El resultado fue un partido muy intenso e interesante. Trabajadísimo, pero con escasas ocasiones de gol. Resaltaremos una (minuto 39) que Oliveira, sólo tras gran pase de Emaná (mucho mejor desde que se fue Chaparro. Se le nota que es más feliz...), echó fuera.

El segundo acto mantuvo la misma tónica. El Sporting tuvo a los 49 minutos una clamorosa ocasión. Michel estaba solo. Iba a volear, pero remató al aire. El cuero le dio en la pierna de apoyo. ¡Susto para la parroquia local!

¿Por qué tan pocas ocasiones en un partido tan netamente ofensivo? Barral y Oliveira, los referentes en vanguardia de tirios y troyanos estuvieron perfectamente vigilados por Juanito, Arzu, Neru y Gerard que completaron un notable trabajo. Diego Camacho y Mehmet Aurelio se hincharon a recuperar balones. Quizá por eso, Nogués colocó en el campo a Rivera, un excelente futbolista injustamente tratado por un sector de la grada y que sabe galopar y retener el balón. El Sporting tampoco perdió el tiempo y potenció su bien más Preciado: la delantera, con Morán y Mate Bilic.

Y la sentencia.
Pero llegó el minuto 70. Centro de Mark González y el excelente Cuéllar cometió un error. En lugar de despejar o atrapar el balón se lo dejó muerto a Edu quien, inteligentemente ganó la posición a José Ángel, puso el balón a Oliveira y éste regaló su segundo gol a Emaná quien lo celebró besándose la muñeca... donde llevará los relojes que van a premiar su voracidad realizadora.

El partido se rompió. Y al Sporting, en pleno circo, le crecieron los enanos. A los 75 minutos, Rodríguez Santiago (que ayer volvió a ser ese fenomenal colegiado internacional que daba cátedras a base de buen hacer) expulsó a Cuéllar por cortar con la mano fuera del área una ocasión manifiesta de gol de Ricardo Oliveira, aunque cuatro minutos después las fuerzas se nivelaron porque Arzu vio su segunda cartulina amarilla por dura entrada sobre Carmelo. Expulsión merecida. Quizá debió mostrar la roja directa a Morán quien, en pleno crepúsculo del choque, realizó una entrada tan fea como absurda sobre Mehmet Aurelio. Vio sólo una amarillenta amonestación.

A diferencia de los nefastos tiempos de Paco Chaparro, el Betis no perdió los estribos con cambios absurdos. El trianero sustituía a Emaná y el camerunés juraba en etrusco. En cambio ayer, Nogués demostró que si tiene luces. Le sustituyó para que la grada le ovacionase e hizo lo que tenía que hacer, poner un central. David Rivas. De verdad... ¡¡¡santa paciencia que ha tenido Lopera!!!

Los de Preciado quemaban sus naves con dignidad y la cabeza alta buscando, al menos, el golito del honor. Ni eso. Ricardo hizo un paradón como en sus mejores tiempos a un gran disparo de Bilic. un goleador de los de siempre. Y pitido final. El beticismo disfruta con el felicísimo cambio de entrenador y el Sporting suma su cuarta derrota consecutiva. Se mete en líos, pero jugando así y con esta afición, este equipo no debe descender. Ni siquiera pasar apuros.

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