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domingo, 17 de mayo de 2009

Sevilla 0 - Osasuna 0



No hubo goles en el Reyno de Navarra y eso siempre es una mala noticia, pero al menos se vivió un partido intenso y con alternativas en el juego. Osasuna salió más enchufado y gozó de claras ocasiones en la primera mitad, sobre todo con un remate de Javier Flaño al larguero, pero chocó contra Palop y su falta de definición.
En la segunda, Jiménez dio entrada a Capel y Navas y el Sevilla empezó a generar problemas a la zaga rojilla, entre otras cosas porque Luis Fabiano se fue entonando conforme avanzaban los minutos. Fue entonces cuando los dos canteranos rojiblancos y el propio brasileño gozaron de oportunidades para desnivelar el marcador.
Visto así, el empate es más que justo, aunque los nervionenses tienen muchos más motivos para estar satisfechos, porque están más cerca de refrendar su presencia en la Liga de Campeones, mientras que los navarros se han metido de lleno en la boca del lobo antes de visitar el Camp Nou.
Aluvión rojillo
El duelo, decíamos, tuvo un claro color local en la primera parte, aunque la primera ocasión reseñable fue un centro envenenado de Adriano que no encontró rematador. Fue la única escaramuza hispalense en estos 45 minutos, porque Jiménez dejó a sus 'puñales' en el banquillo y apostó por un once muy físico.
Las dos primeras oportunidades navarras llevaron el sello de Pandiani
Las dos primeras oportunidades navarras llevaron el sello de Pandiani, aunque el charrúa no supo rentabilizar sendos centros de Plasil. Luego llegarían el ya referido remate al larguero de Javier Flaño en un centro-chut que sorprendió a Palop y una nueva ocasión de Pandiani tras un pase de Masoud -qué clase tiene el iraní- en la frontal del área.
Fueron los mejores minutos rojillos, con el Sevilla poco menos que embotado en su área y pidiendo a gritos el descanso. Pero Osasuna no 'mojó' y se fue a la caseta pensando qué demonios debía hacer para batir al meta valenciano. Mal asunto.
Tras la reanudación, Nekounam puso de nuevo a prueba a Palop con una falta lejana que casi clava en la escuadra izquierda de la portería sevillista. Osasuna, pues, seguía dominando el duelo, pero algo había cambiado.
Entran los 'puñales'
Jiménez sustituyó a Kanouté, con problemas de pubis, y se acordó de que tenía a un tal Navas y un tal Capel en el banquillo. Vamos, lío seguro. Por ahí empezó a sufrir Osasuna, que aún tuvo tiempo de generar una nueva ocasión en las botas, cómo no, de Pandiani, que no supo precisar su remate tras girarse con presteza tras otro pase de Masoud. Fue la última noticia de los locales en ataque y aún faltaban más de veinte minutos.
Mano a mano entre Capel y Ricardo, pero el de Albox, algo escorado, remató al lateral de la red
Porque el último cuarto de hora fue nervionense, merced a un Luis Fabiano que tiró de galones, ante la ausencia del maliense, para llevar el pánico a las gradas del antiguo Sadar. Un pase suyo provocó un mano a mano entre Capel y Ricardo, pero el de Albox, algo escorado, remató al lateral de la red.
Luego llegaría la rigurosa segunda amarilla de Romaric a falta de diez minutos por un codazo que no fue -Velasco Carballo compensaría más tarde con otra roja inmerecida a Sergio-, pero Osasuna no supo leer el partido y se empecinó en colgar balones frontales sin mayor peligro cuando su superioridad numérica invitaba a ensanchar el terreno de juego.
Así que fue el Sevilla el que siguió sumando oportunidades. Primero con un potente y lejano remate de Navas que se estrelló en el lateral de la red y por último con un remate a la media vuelta de Luis Fabiano dentro del área que heló las venas de los casi 20.000 espectadores presentes en el Reyno de Navarra.

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